Ya se recogió la yurta y ahora yace discreta bajo unas lonas, a la espera de comprar maderas para repararla y montarla de nuevo. La cocina de madera ha aguantado mejor el tipo, la verdad. Un círculo de hierba seca ha quedado como única huella de que en este lugar se erigía una habitación y una vida en pareja.
Han venido a visitarnos varia gente para hacer de voluntarias y estamos organizando un poco los espacios para acogerlos con dignidad... Paciencia, porque el contratiempo de la yurta nos ha dejado sin tanto espacio...
Aquí abajo véis una foto del centro del huerto mandala que estamos acometiendo, diseñado bajo auspicio de Ruben y Bel.
Parece que las oraciones de Rubenybel han funcionado. Oraron pidiendo que apareciera alquien que les ubicase un poco en como reconstruirla y han aparecido Tom y Carmen, dos amigos que hacía 4 años que no veía y que son expertos precisamente en eso, en montaje de yurtas!!!!!
Imaginaos quién fue la reina de la velada...
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