LA BASE

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miércoles, 14 de mayo de 2014

Las Ecoaldeas Invisibles

He decidido publicar aquí una serie de relatos sobre las ecoaldeas y comunidades míticas, a menudo desconocidas por el gran público y cuya existencia he ido rastreando gracias a mis viajes de ultramar. Conservo algunos objetos e incluso fotografías de alguna de ellas, por lo que he pensado que estaría bien ir creando un Museo de las Ecoaldeas donde rendir homenaje a las tantas iniciativas que acabaron por desaparecer por diversos motivos. Ya lo estoy haciendo.

Debajo de cada entrada que publico aquí hay una pestaña donde pone Comentarios. Está diseñada para que los posibles lectores puedan dejar huella de su existencia, pero hasta hoy nadie parece haber sentido la necesidad de emplearla y me pregunto si es que solo lee esto mi madre y mis hijas... aunque ellas están por lo suyo, como es normal..(sic)



Las Ecoaldeas Invisibles.


I.               La Comunidad del Infierno

  Cuando José Pfanz Espuela llego al Infierno de nuestro Señor ya sabía que a pocos kilómetros de allí, en la región del Solazo, detentaban el record histórico mundial de pluviometría negativa, es decir, que no llovía ni a uvas ni a peras. Tan solo un frescor húmedo al inicio de la madrugada que quedaba fielmente registrado por el papel secante de una pequeña estación meteorológica que la Universidad de Mendoza había situado allí.

  Pero José Pfanz Espuela no estaba loco. Tenía un plan. Un plan de esos que hace que la gente no se te ría en la cara de buenas a primeras, pues Don José era un hombre de estudios, y no pocos: ingeniero agrónomo, licenciado en geología y con diplomas de física y química aplicadas. Aunque su verdadera  y secreta pasión había surgido fuera de las aulas, a través del estudio de la Biodinámica a la que había llegado un poco por azar a mediados de carrera. Por eso, cuando decidió comprar el Infierno –una finca desolada de 80 acres de puro matorral, cactus y zarza – para experimentar con sus ideas y conocimientos agro cósmicos, nadie se le rió. Tenía un plan. Y un apellido alemán. Pero todos pensaron que estaba loco.

   José Pfanz Espuela llegó en un camión grande cargado de bultos y cajas. Al poco se le unieron 4 compañeros más, con los que construyeron las tres primeras cabañas de madera y empezaron a definir las zonas de plantación, de viviendas y talleres. Entonces llegaron en un gran convoy su mujer, dos parejas más que se instalaron en grandes tiendas y algunos animales que allí no habían visto nunca. Antes de embarcarse en esta aventura, el visionario había pasado dos años en un kibbutz cerca del Mar Muerto estudiando sobre como reverdecer zonas áridas y otro año viviendo junto a los beduinos aprendiendo a como sobrevivir con lo puesto y a beber cuando Allah lo quería… La primera plantación se realizó con esquejes de todo tipo a los que habían atado un pedazo de tela de algodón muy fina donde quedaban atrapada la humedad matinal, goteando sobre cada planta la cantidad de agua necesaria para seguir con su crecimiento. La primera cosecha de tomates Pimball jamás vista en todo el estado fue recogida con éxito pocos meses después. Y sólo fue el principio.

  Antes del tercer año, la comunidad del Infierno (habían decidido conservar el nombre del lugar pues se ajustaba a la realidad) se había convertido en un laboratorio agrícola singular por el que no cesaban de pasar voluntarios llegados desde varias Universidades del Cono Sur, atraídas por lo que allí sucedía. Se montaron molinos de viento que almacenaban el agua contenida en la humedad del aire y estanques que reciclaban las aguas provenientes de las viviendas y las cuadras. Al cabo de siete años la finca era el destino favorito de todo tipo de público de la gran ciudad, que se acercaba a pasar unos días en refugios improvisados y que agotaban las cremas faciales orgánicas de origen vegetal de las estanterías del economato.

  Vivían en la finca más de 22 familias agrupadas en 12 cooperativas cuando todo se quemó la noche de San Juan del decimosexto año. La región había sido una de las más castigadas durante la crisis vivida durante el llamado “agujero en la capa de ozono” y los incendios habían proliferado como la peste por toda la comarca, hasta arrasar el Infierno. De poco sirvieron todas las medidas que se habían adoptado previendo la catástrofe; el fuego atacó desde todas partes, cabalgando sobre los kilómetros de matorrales secos que circundaban el predio. Nadie resultó herido, aunque se perdió algún animal.

  Moralejas posibles:

  • Tener un buen nombre para un proyecto a veces lo es casi todo. Lo mismo a la inversa.
  • No busques siempre lo imposible. No tienes nada que demostrar. La naturaleza lo hace y gratis cada mañana.
  • Tener un alemán en un proyecto incrementa considerablemente las posibilidades de éxito. Pero si tienes a Dios en contra, ni los israelitas te salvarán.
  • Shit happens. No solo el factor humano es el responsable de los fracasos ecoaldeanos (¡y menos mal!)

5 comentarios:

  1. Debió de ser devastador después de tantísimo trabajo e ilusión puestas en el proyecto... que de pronto se le queme a uno todo y se vaya todo a la miércoles... :'( Tantos incendios que se comen la magia.

    La versión en Inglaterra sería que al décimo o décimoprimer invierno (si no antes), se le lleva a uno una riada. A no ser que instale dicha ecoaldea en una altura... al menos del agua uno puede protegerse...

    Un gusto leerte de nuevo, Alf :-) Saludos a todos y todas... :-)

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  2. Gracias Andrea, ya he ido viendo que sigues en la brecha y editando... Felicidades!

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    1. Seguimos en ello. :-) Me alegra saber que sigues movilizando cosas por ahí tú también. Te escribí pero no sé si llegó el mail, y traté de encontrar a Amara y Nuur pero no sé si les funcionan los correos que yo tenía de hace años, seguramente cambiaron.

      Pronto puede que salgan más libros... todavía no está concretado.

      Movilizando el veganismo: http://veganlifenow.blogspot.com/
      http://vidaveganahoy.blogspot.com/

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  3. he llegado poe casualidad a tu blog,y lo estoy devorando. Muy interesante todo, y muy bien narrado. Para que veas que te lee alguien más que tu madre e hijas :D. Yo también tengo un blog y me pasa lo mismo, a la gente le cuesta comentar, pero según las estadísticas, visitas recibo 😜

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  4. he llegado poe casualidad a tu blog,y lo estoy devorando. Muy interesante todo, y muy bien narrado. Para que veas que te lee alguien más que tu madre e hijas :D. Yo también tengo un blog y me pasa lo mismo, a la gente le cuesta comentar, pero según las estadísticas, visitas recibo 😜

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